Los recuerdos traen cenizas
que el corazón esparce.
La única camisa de mi armario,
mis dos jerséis, mis zapatos
viejos casi sucios,
el suelo de madera...
Hasta dentro de los libros
se cuelan las partículas
de estos últimos años.
Y aunque minúsculas,
emborronan todo al
tratar de apartarlas.
El corazón aventa,
la razón pasa el plumero.
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