Esta frase que retumba ahora
en mi cabeza no despeja
una de las dudas que ahora
vuela en círculos sobre mis hombros.
Si la diera ahora por perdida,
si tratara de borrar sus besos
de mis labios...¿qué me quedaría?
En esta noche de música extraña
y frío contenido,
de folios en vano
y cielo en negro
con puntos suspensivos blancos
me apoyo en la borda y sonrío:
el corazón que uso no es mío.
Si resto sus caricias a mis manos,
¿qué me queda?
Si despego sus susurros de mi oído,
la mirada de sus ojos de los ojos míos...
¿qué me queda?
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