Hoy

Hoy me duele el corazón un poco de haberte deseado tanto ayer.

Estuve a tu lado toda la noche.

Quise besarte y no pude, pero abrazarte sí me fue posible a veces.

La imposibilidad de tenerte -asumida y clara, momentáneamente...- resulta un poquín dolorosa.

“Me deleito en el tormento que por ti sufro” es una bonita frase.

Pero ya no es mi frase.

Porque lo que siento ahora no es más que un tenue ahogo de emoción apagada, un escalofrío tranquilo, un “quiero llorar pero no es necesario”. El habernos acercado tanto nos puso en un incómodo aprieto.

Ni siquiera puedo besarte cuando me apetece tánto hacerlo.

Ni siquiera tú me besas cuando lo deseas.

La libertad no existe, aunque se encuentre uno solo y requetesolo.

La cabeza, la razón inquieta, modula nuestro afán de ser libres, sólamente libres.

Ayer por la noche deseé estar a tu lado desnudo y sin cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario