Hambre atroz de tu piel,
de los besos con café,
de reposar la mirada en
tu convulso vientre.
Sed de palabras crudas
y labios calientes..
de promesas susurradas y
manos vacías.
Sabré que estás ahí
cuando vengan los inesperados
abrazos y tus ojos
paseen por mis ojos sin miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario