El latir de los días es muy lento.

Poco dormir, leer, soñar, correr...

Las horas de trabajo no las cuento.

Tratar de desasirse del pasado

es como agarrar un desierto con las manos.

(al menos de momento)

Siento el estómago encogido

y el pecho un poquito desgarrado.

A veces esperanza.

A veces un lamento.

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