Recuerdo un millar de abrazos suyos,
es curioso.
Hay abrazos desnudos y abrazos vestidos.
(incluso mixtos, que son los que más
gusto dan y más sorpresa y que siempre, siempre
acaban en abrazos desnudos)
Hay abrazos silenciosos y abrazos hablados.
Entre estos primeros a veces sucede
que dos personas pueden estar minutos largos
sin respirar siquiera por miedo a romper
ese frágil y cálido encanto.
De entre los hablados prefiero los que son
muy poco hablados.
(en un abrazo ya suceden muchas cosas)
Hay abrazos que son casi a distancia
pero hay otros en los que uno se pega tanto
al otro que parece como si quisiéramos atravesarlo
o meterlo dentro de nosotros mismos.
De entre todos los descritos y los que no
he nombrado me quedo con este último.
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