Viernes inesperado

Me acosté tarde un jueves y
por la mañana me sorprendió un
viernes inesperado.

Me rodeaba un mar de ruidos
no por cotidianos conocidos.
iAy, qué trajín me traigo!

Me fumo un cigarro.

Si, por lo menos, supiera leer partituras...
o escribir mis apasionados tarareos para recordarlos luego...
iResulto ser daltónico en todos mis sentidos!
El compás del azul, el sabor de los gritos,
el tacto de lo amargo... Sinestesias rutinarias.
iAy, qué trajín me traigo!

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