No ha sido un día de esos muy malos que tan bien conozco.
Pero hoy me he sentido furioso. Muy furioso.
Hacía mucho que no sentía ese fuego dentro...y hace mucho que no sentía la obligación de apagarlo.
Afortunadamente aparecieron en este pequeño rincón de mi vida dos personas inesperadas.
Una que se esfuerza para no zozobrar en un mar de dudas y otra que simplemente me inspira una admiración inexplicable y muy reconfortante. Gracias, Muiso, por acercarte a mi rincón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario