Escuché una música un día en una reunión de amigos.
Una melodía sutil y animosa que me obligó a pensar en ella.
Con los ojos cerrados y el corazón muy quieto, para no hacer ruido, escuché lo que quería decirme. No sé si la entendí bien, pero creo que en ese momento ella también me amó un poquito, en silencio,
con sus párpados tendidos y el corazón parado.
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